La imponente catedral de Nuestra Señora de la Asunción parece ser sólo un elemento del decorado. Ya que lo importante en el Parque Céspedes -pequeño en cuanto a tamaño pero grande por la animación- es el espectáculo de la calle: mujeres que vienen a lucirse, vendedores ambulantes de golosinas, niños jugando a la pelota, ancianos charlando y músicos afinando sus instrumentos. En esta plaza podemos mezclarnos sin temor a la multitud para disfrutar plenamente de la comunicativa alegría cubana.