Una joya del arte saintongés. Compuesta en un principio por una nave única y dos presbiterios superpuestos -para poder recibir a los peregrinos de Santiago sin necesidad de desatender el culto monástico-, esta iglesia mutilada en 1803 ha conservado el transepto y el antiguo presbiterio románico con magníficos capiteles historiados. En el absidiolo del brazo sur del crucero puede verse una impresionante pila bautismal monolítica. Medio enterrada y enteramente cubierta con bóvedas de crucería, la cripta reproduce exactamente la configuración de la propia basílica.