La opinión de la Guía Michelin
La agradable carretera que conduce al monasterio benedictino ofrece hermosas vistas de las rutilantes aguas del lago Memphrémagog rodeado por las cumbres de los Apalaches. El complejo, custodiado por un impresionante campanario, fue proyectado por Dom Paul Bellot (1876-1944), que por cierto está enterrado en el cementerio. Los monjes tienen fama por sus cantos gregorianos y por sus quesos (ermite, mont-saint-benoît) que elaboran y venden in situ.