La opinión de la Guía Michelin
En el año 724, San Pirmino fundó en la isla de Reichenau la primera abadía benedictina alemana. Pronto se convertiría en un importante centro artístico y científico que ejerció su influencia durante siglos y donde, en época otoniana, se realizaron excepcionales manuscritos miniados. Las tres iglesias, testimonios de la arquitectura monástica de los ss. IX a XI, constituyen el principal atractivo del recinto, catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Sus muros están decorados con primorosos frescos del periodo otoniano.