El antiguo palacio de verano de los emperadores, perfectamente conservado, alberga hoy un museo dedicado a la historia del Brasil imperial: el Museo Imperial. Lo primero que hay que hacer es ponerse unas fundas en los zapatos para no estropear el parquet. Una vez tomada esta primera precaución podrá admirar el contenido: un magnífico cetro, muebles y tapices de época, cuadros y réplicas del comedor y las habitaciones.