Lugar imprescindible en el ámbito de la cultura parmesana actual, este teatro de bonita fachada neoclásica fue mandado construir entre 1821 y 1829 por expreso deseo de la emperatriz María Luisa de Austria y se inauguró con la ópera Zaira de Bellini. En el interior, la elegante decoración de estuco blanco y dorado (1853) la debemos a Girolamo Magnani, mientras que el magnífico telón que representa El Triunfo de Minerva fue encargado a Giovan Battista Borghesi.