La niebla de Chiapas tiene una especial predilección por las laderas de la colina en las que se construyó Palenque, uno de los vestigios mayas más impresionantes. La selva tropical se había adueñado de este inmenso santuario de piedra que vivió su apogeo en el s. VIII d.C. Hasta el s. XIX no empezó a librarse de la maleza, momento también en el que los románticos dibujos del inglés Catherwood lo hicieron famoso. Palenque se distingue por la maestría de la obra escultórica que recubre sus edificios: bajorrelieves, altorrelieves y, sobre todo, la hermosa caligrafía.