Si tenemos en cuenta la reputación de la isla del Príncipe Eduardo como productora de patata, este museo no tiene nada de extraño. Una patata gigante preside la entrada al museo. Aquí podrá descubrir la influencia que Sir Walter Raleigh, Sir Francis Drake e incluso Thomas Jefferson, entre otros, tuvieron en la popularización del tubérculo que empezó a cultivarse en Perú hace unos 10.000 años. También puede verse una colección de aperos utilizados durante la recolección, sin olvidar el "panteón de la patata" interactivo, donde los más curiosos podrán aprender todos los pormenores de uno de los cultivos más importantes del mundo. El restaurante propone varias especialidades, todas a base de patata por supuesto.