Construido en 1782, el palacio Castelluccio pertenecía a una de las familias más antiguas de Noto. Abandonada durante mucho tiempo, se ha visto sometida a una meticulosa campaña de restauración que le ha devuelto sus frescos, tejidos y suelos de cerámica siciliana de origen. Decorado con una bonita colección de muebles y pinturas italianos y sicilianos, el palacio -ocupado por su actual propietario- refleja perfectamente los gustos de las grandes familias aristocráticas de Sicilia.