La opinión de la Guía Michelin
Esta capilla de 1740 proyectada por el italiano Guarini es la de los Penitentes Negros. Volutas y contracurvas constelan su fachada abombada y sus óculos ovoides: estamos, qué duda cabe, ante el triunfo del barroco. Una vez dentro, se quedará sin respiración e incluso experimentará cierto vértigo al contemplar una multitud de ángeles revoloteando entre dorados y falsos mármoles. No deje de ver, en la sacristía, los dos retablos de los primitivos nizardos Jean Miralhet y Louis Bréa.