La colegiata (ss. XII-XIII), cubierta con tejas barnizadas, sufrió importantes reformas en los ss. XVI y XIX. La cabecera es románica, al igual que la arquería que subsiste en el claustro del s. XV. La estatua de Guillermo Farel, que animó a los habitantes de Neuchâtel a aceptar la Reforma, se alza frente a la entrada principal. La nave es de estilo gótico. El cenotafio de los condes de Neuchâtel constituye una obra maestra de la escultura medieval.