Entre 1505 y 1508, el italiano Bono Friazine edificó este campanario blanco, rematado con un bulbo dorado. Un siglo después, por encargo del zar Boris Godunov, su altura se incrementó hasta alcanzar un total de 81 m. Durante mucho tiempo fue el edificio más alto de Moscú, seguramente porque el zar promulgó un ucase prohibiendo las construcciones de mayor altura en todo el territorio.