Abierto al público en 1876, el primer parque urbano de la ciudad fue proyectado por el arquitecto paisajista estadounidense Frederick Law Olmsted, a quien debemos también el famoso Central Park de Nueva York. El parque es una verdadera reserva natural que alberga una flora y una fauna de lo más variadas, un lago, dos miradores que ofrecen unas vistas magníficas de la ciudad, un centro de información y muchos senderos para pasear.