Este complejo museográfico, que revive la fascinante historia del barrio de la Pointe-à-Callière, está formado por tres edificios unidos por una cripta que ilustra 1.000 años de presencia humana. El moderno Edificio Éperon, que domina un mirador, se sitúa frente a la Casa de los marinos mientras que la Antigua aduana luce una silueta neoclásica. Espectáculo sobre la evolución de Montreal, exposiciones y una tienda dan vida a estos lugares.