Hasta para los que no comparten el mito de Elvis, una visita a Graceland es, desde luego, la mejor forma de empezar a entender la increíble herencia multicultural de la música country, blues, gospel, soul y rock, que situó a Memphis y a su hijo predilecto en el mapa musical del mundo. Graceland, la finca de Elvis Presley (1935-77), el "Rey del Rock 'n' Roll", ocupa 5,26ha a las afueras de Memphis e ilustra la transformación "de vagabundo a príncipe" de un joven que, a los 22 años, se había convertido en una de las personas más famosas del mundo. Nada más cruzar la puerta, los visitantes perciben hasta qué punto el cantante se había convertido en prisionero de su propia fama. Además de visitar la mansión, se recorre el Pabellón de los Trofeos de Elvis y el jardín de la meditación donde Elvis está enterrado.