Este magnífico templo erigido originariamente en el s. IX fue reconstruido en el XVII como residencia y lugar de culto por Date Masamune, que recurrió para ello a los mejores artesanos y artistas de la escuela Kano. De él destacan el Jyodan no ma, sala reservada a los daimyo, las suntuosas ornamentaciones del Kairo (corredor) y la impresionante Kuri (cocina). Los "suelos ruiseñor" dan fe de la desconfianza del señor: su madera, de una flexibilidad inaudita, crujen a la más mínima presión, delatando así toda presencia no deseada. El paseo de cedros que lleva al edificio está a la altura de la magnificencia del lugar.