El casco antiguo se asienta en la margen norte del río Reuss, que transporta las aguas del lago de los Cuatro Cantones hasta verterse en el Aar. El barrio se organiza en torno a la bonita plaza del Mercado de los Vinos, enmarcada por casas cubiertas de pinturas y decoradas con rótulos de los antiguos gremios. Más adelante surgen el bello edificio renacentista del ayuntamiento viejo (1602-1606), la Hirschenplatz, enmarcada por bonitas casas restauradas, y la Kapellplatz, presidida por la fuente del Fritschi.