La opinión de la Guía Michelin
Christopher Wren sustituyó el edificio medieval que había caído en ruinas a principios del s. XVII por una larga basílica de piedra con dos alturas de ventanas. La robusta torre cuadrada, rodeada de contrafuertes, está adornada por una cornisa en saledizo y una balaustrada con un gran jarrón en cada esquina. La restauración ha devuelto su esplendor a la decoración interior.