En la ciudad real de Loches, la colegiata de Nuestra Señora, convertida en iglesia parroquial en 1802, está dedicada a san Urso, que evangelizó la comarca en el s. V. El pórtico de tipo angevino alberga una portada románica profusamente decorada, mientras que la nave está recubierta con las famosas dubes (s. XII), dos pirámides octogonales huecas que se yerguen entre las torres. Aunque el elemento más destacado del lugar es sin duda el yaciente de Agnès Sorel, favorita de Carlos VII, una escultura tallada en alabastro que desprende paz y dulzura.