La Ciudad Real de Loches, ceñida de murallas, se articula en torno a dos monumentos señeros: en el flanco sur, un colosal torreón erigido en el s. XI por Fulco Nerra, al norte, el aposento real en el que se produjo, en mayo de 1429, el encuentro entre Juana de Arco y el delfín Carlos VII. Entre uno y otro se despliega un hermoso conjunto de casas del s. XV y, cómo no, la colegiata de San Urso.