Este castillo medieval domina la capital eslovena desde lo más alto de un cerro ocupado en época romana por un campo fortificado. Reconstruido tras el seísmo que lo destruyó en 1511, el edificio fue hasta comienzos del s. XVII la sede del poder regional, tras lo cual fue transformado en prisión. El castillo actual es, en buena medida y con excepción de la capilla gótica de 1489, una reconstrucción tardía, aunque eso no le impide brindar desde su torre almenada una amplia panorámica de la ciudad y las montañas que la rodean.