La opinión de la Guía Michelin
El exquisito palacete de Linderhof es un derroche de lujo y ostentación. La exageración ornamental es tan homogénea que llega a transmitir cierta sensación de armonía. El lujo omnipresente logra casi eclipsar las piezas de más valía, entre ellas las telas de los Gobelinos o las arañas de cristal de Bohemia. Vea las estancias de la planta alta, dominadas por la sala de audiencias, el dormitorio de gala y el gabinete de los espejos, con 94 jarrones.