La opinión de la Guía Michelin
Los blancos muros y las torres y torrecillas de este palacio que parece aflorar de las aguas del Vänern nos transportan a un cuento de hadas. En el s. XVII, Magnus Gabriel de la Gardie mandó sustituir los edificios existentes por un palacio barroco, embelleciendo sus aposentos y pintando sus techos. Una vez acabada la obra, los artistas que habían trabajado en el palacio, conocidos más tarde como la escuela de Läckö, decoraron las iglesias de los alrededores.