La opinión de la Guía Michelin
Este castillo protegido por sus fosos, su puente levadizo y el rastrillo de un recio cuerpo de guardia rectangular goza de un marco idílico. Relacionado con el romance -que habría de acabar en tragedia- entre Ana Bolena y el rey Enrique VIII, la propiedad fue adquirida en 1903 por el multimillonario americano William Waldorf Astor, que restauró suntuosamente el edificio y reacondicionó los maravillosos jardines.