Flanqueada por el ayuntamiento a un lado y la iglesia anglicana de St. Paul al otro, esta bonita plaza ha sido el centro de Halifax desde su fundación. Aquí se reunían los militares, el pregonero anunciaba las nuevas y los burgueses de la ciudad alquilaban sus literas. La pequeña iglesia (1750) con cubierta de madera es la iglesia protestante más antigua de Canadá. Hoy la plaza, con sus bancos a la sombra de los árboles, es un lugar muy codiciado durante las calurosas tardes de verano.