La cordillera del Landmannalaugar, englobada dentro de la Reserva Natural de Fjallabak, concentra diversas manifestaciones de la actividad volcánica que garantizan la variedad de los paisajes. Junto a extensas estepas estériles en las que crece una flora discreta, se pasea por entre una vegetación de praderas húmedas y musgos fosforescentes. Las montañas de riolita que dan fama al lugar se tiñen de negro, marrón, rosa, blanco, rojo, azul, verde bronce y, sobre todo, de una tonalidad rojiza muy particular.