Está instalado en un antiguo convento franciscano. En la planta baja se exponen estatuas góticas, orfebrería religiosa y piezas de hierro forjado. En la primera planta, dedicada a la pintura, la pieza clave es sin duda el retablo del Juicio Final, famoso tríptico de Hans Memling (hacia 1433-1494). También son interesantes las salas dedicadas a la pintura local de los ss. XVI-XVIII y las de pintura polaca de los ss. XIX y XX, en las que destacan las obras de Wyspianski, Malczewski et Pankiewicz.