La opinión de la Guía Michelin
La vertiente oriental de Madeira es un mosaico de paisajes. El soleado tramo de costa que se extiende entre Caniço y Machico es una sucesión de complejos hoteleros. Tierra adentro, en la zona de Santo Antonio, la naturaleza vuelve a enseñorearse de las tierras cubriéndolas de un manto verde oscuro. Pero el paraje más sobrecogedor se encuentra en el extremo oriental de la isla: la punta de São Lourenço, una estrecha península ocre y roja que se adentra en el océano como la proa de una inmensa carabela de piedra.