La tercera isla de Japón en extensión, situada en el extremo suroeste del archipiélago, combina los efluvios tropicales de su parte sur con el clima temperado del norte. Montañosa, la isla está atravesada por dos cadenas volcánicas que se unen en el centro dando forma al monte Aso (1 592 m), uno de los volcanes más grandes y activos de Japón. Con todo, el mar nunca está lejos, creando un impactante contraste con las montañas y recortando caprichosamente la costa. Estos golfos permitieron la creación de excelentes puertos resguardados por profundas radas como la de Kagoshima o Nagasaki.