La opinión de la Guía Michelin
Durante mucho tiempo, la montaña sagrada de los catalanes fue considerada como el punto más alto de los Pirineos. Y es que ya sea desde las cumbres de los Corbières, desde el Conflent, la Cerdaña, la llanura de Perpiñán o incluso las playas del Rosellón, lo que se ve es este pico. Con una altura de 2.784 m, ofrece fantásticas panorámicas del Rosellón, la costa mediterránea, Cataluña y las sucesivas cordilleras de los Pirineos orientales. Una cruz y las ruinas de una cabaña de piedra coronan la cumbre.