El castillo de 1051, reconstruido en 1523 por el obispo de Liège, fue destruido en 1703 por los franceses. Su aspecto actual data de la ocupación holandesa (1818-21). La ciudadela ha sido transformada en museo: reconstituciones, dioramas, objetos diversos y pequeño museo de armas recuerdan los momentos más relevantes de su historia y de la ciudad. Desde lo alto (100 m por encima del nivel del Mosa) se tiene una magnífica vista de la ciudad, la colegiata y el valle del Mosa.