Dominando todo el valle del río Pleistos desde las laderas del monte Parnaso, Delfos fue uno de los grandes centros místicos de la Antigüedad, cuando el santuario de Apolo atraía a incontables peregrinos fascinados por su famoso oráculo. El yacimiento arqueológico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y uno de los lugares más visitados de toda Grecia, se aferra a una ladera dominada por las rojizas rocas Fedríades. Un lugar mágico, que quedará para siempre grabado en su memoria.