A caballo entre el este de California y Nevada, esta vasta extensión de piedra y arena abrasada por el sol tiene los puntos más bajos y las temperaturas más altas del hemisferio occidental. Apartado de las poblaciones y las carreteras principales, el Valle de la Muerte ofrece al visitante la oportunidad de disfrutar de una silenciosa e inhóspita grandeza natural donde no hay ni rastro de vegetación, ni del paso del hombre. No es exactamente un valle, sino una cuenca profunda de 210km de largo y de 8 a 40km de ancho. Las elevaciones del Parque oscilan entre los 3.367m de altitud y los 86m bajo el nivel del mar. El oasis de Furnace Creek es la sede del Parque; cuenta con instalaciones para comer y alojarse; tiene unas precipitaciones anuales medias de 4,6cm. La temperatura más alta registrada en la cuenca (56,7ºC) sólo ha sido superada en la parte libia del desierto del Sáhara, por tanto conviene visitarlo de octubre a mayo, cuando el tiempo es suave y seco. La primavera es la mejor época para ver flores silvestres. Algunos de los puntos más espectaculares son Zabriskie Point, un alto promontorio con vistas al páramo del cañón del Oro desde el este; Dante's View, que ofrece una vista impresionante de la enorme cuenca y de los procesos geológicos que le han dado forma; y el Castillo de Scotty, ecléctico complejo de estilo español y morisco construido por un magnate de los seguros de Chicago como retiro. El Museo del Valle de la Muerte, en el mismo edificio que el Centro de Visitantes de Furnace Creek, ofrece una excelente introducción del lugar.