Este castillo feudal (s. XIII) rodeado de árboles se refleja en sus fosos, que podrá franquear gracias a un puente de piedra. Aún conserva su aspecto militar gracias a sus siete torres y el castillete. El interior se ha ido reformando con el paso de los siglos: la capilla gótica se restauró en el s. XIX y las estancias están decoradas con mármol, lienzos y mobiliario de los ss. XVII y XVIII.