Junto con las de Toledo y Úbeda, es una de las escasas sinagogas medievales que aún quedan en España. Erigida a principios del siglo XIV, es pequeña y consta de una sala cuadrada abierta a la que abre la tribuna reservada a las mujeres. Toda la parte superior de las paredes está cubierta de yeserías mudéjares e inscripciones hebreas; los motivos decorativos son geométricos y vegetales.