Dominada por la majestuosa torre cuadrangular de su campanario, la catedral de San Pedro, reconstruida entre 1505 y 1531, es uno de los últimos edificios de gran envergadura del Gers que se construyeron siguiendo las normas góticas del Suroeste. La amplia nave está iluminada por vidrieras de tracería flamígera y las nervaduras se organizan alrededor de claves historiadas. Pegado al flanco septentrional de la catedral y con forma trapezoidal, el claustro merece también una visita.