Son en realidad dos cascadas: la principal, con un salto de 120 m, y su hermana menor, la cascada Arco Iris (50 m), a la que se llega en 30 min a través de un empinado sendero. Un paraje precioso, muy apreciado por los mexicanos para el picnic del domingo, que ofrece la oportunidad de refrescarse en sus pozas naturales de aguas turquesas. Es el momento también de darse un paseo por la selva, siguiendo el recorrido del río San Vicente. Sólo puede bañarse durante la estación seca (febrero-julio).