En el extremo septentrional del país, en la frontera con Laos y Birmania, se extiende el Triángulo de Oro, tristemente famoso por haber sido, y seguir siendo, el principal productor de heroína. El nombre de Triángulo de Oro le viene del preciado metal con el que los traficantes compraban el opio. Poco a poco, los aficionados al trekking van sustituyendo a los traficantes. Aun así, un aire de aventura sigue flotando en estas tierras pobladas por un singular mosaico de minorías étnicas.