El museo reagrupa una buena colección arqueológica, piezas de arte sacro y una sección dedicada al mariscal Marmont. Aunque su principal reclamo es sin lugar a dudas el tesoro de Vix, hallado en 1953 en una tumba real de la primera Edad de Hierro (hacia 500 a.C.). Cerca de los restos de una mujer celta se encontraron un carro de gala, vajilla, una espléndida torques (collar) de oro y, sobre todo, una enorme crátera de volutas de bronce, el mayor vaso metálico que nos haya legado hasta ahora la Antigüedad.