La primera colonia europea permanente de la isla fue establecida en este lugar por los franceses allá por el año 1720. Los ingleses, que se hicieron con el lugar en 1758, levantaron el fuerte Amherst en el mismo emplazamiento donde estuvo la guarnición francesa y permanecieron allí hasta 1768. Hoy sólo quedan los cimientos: varios montículos recubiertos de hierba que ofrecen una vista panorámica el puerto de Charlottetown.