En la poderosa muralla que rodea el casco antiguo, es decir el núcleo urbano de la antigua Castelgenovese, se suceden los bastiones y torres. El interior de la ciudad alta fortificada es un entrecruzarse de estrechas y empinadas callejas salpicadas de arcos que forman puertas, interminables escaleras y tiendas de artesanía y recuerdos. Aun así, dentro de este laberinto basta alzar la vista y mirar por encima de los tejados y bastiones para ver el mar y recuperar el sentido de la orientación.