El célebre naturalista borgoñón mandó construir en 1768 una forja para plasmar sus estudios sobre la fusión y poder experimentar con los minerales. El conjunto industrial funcionaba gracias a once ruedas hidráulicas alimentadas por varios canales. Hoy los vestigios del alto horno, la forja propiamente dicha, la organización de los canales o los diferentes edificios domésticos ilustran el éxito técnico alcanzado por Buffon, que llegó a emplear a unos 400 obreros en sus instalaciones.