Residencia de los cuatro últimos príncipes obispos de Espira, el actual palacio es la reconstrucción del edificio barroco de 1722, totalmente destruido en 1945. El conjunto reúne una cincuentena de edificios, entre ellos el cuerpo central, articulado en torno a una magnífica escalera de caja oval (1731). Alrededor de las estancias de recepción se exponen vajillas, muebles y cuadros que antiguamente formaban parte de la decoración del palacio. Desde la Gartensal se puede ver el parque de estilo francés.