La opinión de la Guía Michelin
Subiendo desde la costa sureste, poco después de pasar Bois-Blanc la carretera desemboca en un magnífico palmeral. Aunque las cascadas que caen de las paredes de basalto solo aparezcan en época de fuertes lluvias, este frondoso paraje, siempre ventilado y fresco, resulta de lo más agradable, con su pequeño embarcadero por donde los pescadores suben sus coloridas barcas. El lugar es muy apreciado por los reunioneses para hacer picnic