Los únicos restos que quedan del castillo de Bélmez son buena parte de la torre del homenaje y la muralla custodiada por varias torres. Se accede por la calle que hay justo enfrente de la iglesia parroquial. A unos 50 m a mano derecha se encuentra la ermita de la Virgen del Castillo. El camino sigue subiendo por un sendero pedregoso que llega hasta un primer lienzo de muralla. A la izquierda se aprecia una mazmorra. Una vez en el patio, una escalera conduce primero a una terraza y luego a la parte más alta, desde donde se disfruta de unas magníficas vistas del pueblo y sus alrededores.