La catedral de San Pedro es la única iglesia de la región frecuentada al mismo tiempo por católicos y protestantes. La construcción de este edificio de tres naves, con planta de salón, se inició en el s. XIII. A mediados del s. XV, la iglesia se amplió por el sur. De esta época datan las ventanas de estilo gótico flamígero. En el interior se encuentra el gran crucifijo de madera de Balthasar Permoser, el altar mayor barroco decorado con estatuas de santos y un retablo, y la tribuna de los príncipes.