A raíz del descubrimiento de América, numerosos catalanes emigraron para aumentar sus fortunas. Al regresar, estos "indianos", convertidos en figuras influyentes, construyeron magníficas residencias privadas. Fue el caso de Josep Xifré i Cases (1777-1856) que, después de haber amasado una gran fortuna en Cuba, regresó para convertirse en el personaje más rico de Barcelona. El conjunto de edificios neoclásicos porticados, promovidos por él, alberga actualmente un concurrido laberinto de bazares portuarios.