La opinión de la Guía Michelin
La imponente iglesia de la Santísima Trinidad, edificada en 1835, es una de las imágenes emblemáticas de la ciudad. Rodeada por una valla y un jardín lleno de flores, presenta en todo el contorno una agradable galería con soportales pintada de blanco y azul. El interior, de tres naves, es impresionante. Observe el iconostasis de nogal labrado y las pinturas que cubren los muros, auténticas obras maestras realizadas por Veljan Ognev en el s. XVIII. Del mismo siglo son los iconos, obra de Dimitar y Simeon Molerov.