La subida al Inerie no presenta mayor dificultad, pero acaba cansando por lo empinado del sendero y por el grosor de la capa de cenizas. Llegado al borde del cráter -un agujero perfecto de 250 m de profundidad-, siga la cresta hasta la cima (2 245 m). Disfrutará de magníficas vistas de Bajawa, Bena, el monte Ebulebo (2 124 m) y, si el cielo está despejado, la isla de Sumba, 100 km al sur.