Encaramada en un promontorio rocoso, la ciudadela domina El Cairo. Desde la dinastía ayubí, fundada por Saladino, a la de los Mamelucos, la ciudadela (s. XII) fue la residencia de los gobernadores de Egipto, que mandaron construir palacios que rivalizaban en grandeza. Debe su actual aspecto a Mohammed Ali, que reconstruyó una parte de las murallas, destruyó los palacios de sus predecesores y levantó construcciones civiles (sede actual de varios museos), así como la mezquita que lleva su nombre y cuyos minaretes se recortan contra el cielo.